23 jun 2010
El valle del Rímac: notas sobre su historia prehispánica
La presencia humana en este valle es muy antigua y se remonta a unos 15 mil años, cuando aparecieron los primeros cazadores y recolectores, quienes sumaron a sus actividades la pesca del mar, pero sin dejar su territorio interior. Luego, estas poblaciones evolucionaron a ser semi nómades, con la adopción de los primeros cultivos y la formación de los primeros ayllus o curacazgos, dando origen a aldeas que se convirtieron en centros ceremoniales, como se puede observar en los restos arqueológicos de Moyopampa, Huachipa, Jicamarca, Garayar, Cajamarquilla y Puruchuco, entre otros.
Pero la historia prehispánica del valle que ocupa hoy nuestra capital empezó a tener perfil propio con la aparición de la Cultura Lima (200 a.C.-600 d.C.). Se trató de un Estado Teocrático en la costa central que logró integrar bajo su gobierno a los valles de Chillón, Rímac y Lurín. Posiblemente se extendió también hasta el valle de Chancay por el Norte y las serranías adyacentes por el Este. Toda una red de canales articularon económicamente los valles: los canales de Copacabana, Carabayllo, Huacoy, Infantas, Naranjal y Chuquitanta (Chillón) y los de Carapongo, Nievería, Huachipa, Ate, Surco, Huatica y Maranga (Rímac).
sta cultura se organizó sobre una red de centros administrativos gobernados desde el centro urbano de Maranga, una suerte de capital política y cultural. Se integraban a ella centros administrativos menores como Copacabana Playa Grande, Culebras y La Uva en el Chillón; Pucllana, Melgarejo, Santa Felicia, Vista Alegre y Cajamarquilla en el valle del Rímac y Pachacamac en Lurín. Junto con ellos aparecen otros centros de tercer orden (plataformas) y una multitud de aldeas de agricultores que pueblan tanto el valle bajo (entre cultivos, pequeños eriazos y a la vera de canales y caminos), como en el valle medio (en las laderas bajas de los cerros y pequeños espolones junto a fuentes de agua).
a “capital” Maranga estuvo compuesta por pirámides truncas escalonadas, grandes cercos, palacios, depósitos, amplias plazas públicas y sectores de viviendas. La arquitectura Lima se caracteriza por el uso masivo de pequeños adobitos paralelepípedos dispuestos verticalmente, en una técnica denominada coloquialmente “en forma de librero”. Ella se empleó tanto en muros como en rellenos constructivos. Para elevar las pirámides se construían recintos cuadrangulares, aglutinados como celdas, que eran luego rellenadas. En algunos casos existen muestras de arquitectura en tapia o restos de murales policromos elaborados sobre la base de diseños geométricos representando monstruos marinos y peces o serpientes entrelazadas. Para ello, se combinaron los colores rojo, negro y blanco. Muchos de los diseños murales son recurrentes en la cerámica, la textilería y talla en madera.
La Dama de Cao
Está ubicada en el valle Chicama, Magdalena de Cao, frente al mar. A 60 km. al norte de la ciudad de Trujillo.
Los trabajos de investigación arqueológica se iniciaron en 1990, con el auspicio del Banco Wiese.
Durante la última ocupación el templo alcanzó una altura de 30m. y una base promedio de 120 m. por lado. Frente al templo se ubica una gran plaza de 140 m. de largo por 75m. de ancho., orientada al norte. Desde aquí se puede ver la fachada escalonada donde se hallaron las primeras evidencias de relieves policromados. Los diseños representan a prisioneros desnudos con sogas en el cuello, danzarines que danzan cogidos de las manos y el Decapitador, portando la cabeza de un prisionero.
En el interior del templo se continúan realizando excavaciones, las mismas que han permitido desenterrar patios ceremoniales que de manera excepcional se han conservado sin perder la nitidez de su colorido.
Al igual que en la huaca de la Luna, los sacerdotes eran enterrados dentro de cada edificio. Los arqueólogos encontraron la tumba de un personaje parecido al Señor de Sipán, acompañado de 15 individuos, entre ellos 11 mujeres. Desafortunadamente la tumba había sido saqueada, por lo cual no se pudo hallar el cuerpo ni las ofrendas principales.
Uno de los descubrimientos más importantes de la arqueología peruana lo constituye el hallazgo de la Dama de Cao, mujer gobernante moche que desempeñó al igual que el Señor de Sipán un rol protagonico en aquella sociedad, actualmente la Dama de Cao se encuentra en el museo que se encuentra ubicado a unos minutos del complejo arqueologico, que resientemente fue inagurado, con el propósito de ilustratar mas de serca el proceso de escavación.
Arquitectura del Periodo Inicial
Periodo Inicial
Es por medio de la aparición de la cerámica que este periodo se inicia. Este campo tendrá enormes avances los cuales harán que se alcance una maestría de las técnicas de cocción así como en la complejidad artística en su iconografía.
Las sociedades con mayor facilidad para engendrar y reproducirse rápidamente en este período se encuentran en la costa del norte, donde en la última parte del período, la tradición artística y religiosa de Cupisnique produjo representaciones complejas iconográficas esenciales de la prehistoria andina: entre estas, el felino, que teorías afirman que simbolizaba la perfecta unión de fuerzas necesarias para la vida.
Por otro lado, el sedentarismo ya estaba bien establecido, las poblaciones seguían creciendo y ampliando su capacidad agrícola. Los recursos marítimos aún se consumían aunque existió la tendencia a construir tierra adentro, de 6 a 12 km del mar.
Arquitectura de Precerámico Tardío
Precerámico Tardío
Se caracterizó por poseer poblaciones sedentarias que fueron asentándose en aldeas permanentes, con chozas o estructuras hechas con quincha (de caña y barro). Estas poblaciones tenían un uso extenso del algodón y fueron las que desarrollaron unas de las primeras estructuras monumentales.
Comenzaron a construir grandes montículos con áreas rituales en la cima. Las grandes estructuras monumentales son interpretadas como estructuras religiosas y de élite.
En la costa se caracterizaban por tener estructuras grandes, largas, y altas; sobrepuestas a menudo una sobre otra creando las pirámides truncadas.
Mientras que en la sierra la arquitectura iba enfocada más en cuartos de piedra cuadrangulares con hornacinas en las paredes y un fogón pequeño, central, y con conducto de ventilación para las ceremonias religiosas.
La gente consumía probablemente una dieta mixta en la cual el pescado era predominante como en el periodo temprano. Se encontraban en un tiempo en el que las condiciones ecológicas en la costa eran absolutamente diferentes a la de los últimos 4000 años.
Ideología Religiosa del Periodo Formativo en los Andes Centrales
La iconografía religiosa en este período se desarrolló en las sociedades conocidas como las sociedades de Cupisnique en la costa y sierra norte. En estas se condensa una nueva tradición en los Andes Centrales produciendo un primer "horizonte estilístico” donde se logra la homogeneidad estilística regional.
Algunos libros y teorías consideran a los felinos como el jaguar formaban parte de la iconografía religiosa, no porque el hombre los adoraba o les rendía culto, sino porque era símbolo de perfección y unión de fuerzas necesarias para la vida. El centro principal para la irradiación de la iconografía religiosa del felino parece haber sido Chavín de Huantar, en la sierra central. En su apogeo hacia 600 a.C., en un momento en que los centros monumentales grandes de la costa del norte se redujeron mucho de tamaño, Chavín parece atraer rituales y ofrendas de cerámica de muchas regiones de los Andes, reflejando su calidad de sitio de peregrinaje.
Investigaciones sostienen que las sociedades del periodo Formativo representan la etapa final de la evolución social y política antes del advenimiento de sociedades estatales tempranas en el próximo periodo. Los cultos religiosos a través de la que los Andes tienen consecuencias importantes para el comercio y el intercambio, es así como entre las diversas regiones se crearon una serie de relaciones.
Según estudios del investigador de “The University of Calary”, Carlos G. Elera, las asociaciones naturales del paisaje jugarían un papel importante en el marco ideológico de los rituales y ceremonias. La orientación de los centros ceremoniales hacia el río o entre los ríos, durante el periodo formativo es bastante común en los Andes Centrales. Hipotéticamente, se plantea que la marcada orientación del sitio y otros contemporáneos en el mismo valle conllevaron a establecer, con el entorno del paisaje, una intensa relación bajo un desconocido plano simbólico, en el cual un elemento natural, el agua, articulaba estos ambientes, estando los centros ceremoniales y las poblaciones rodeados del recurso hídrico en determinadas épocas del año. El agua, como es conocido, siempre está inmanente en el pensamiento del hombre andino, jugando un rol central en los ritos y ceremoniales de fertilidad practicados por las sociedades agrícolas.
Algunos libros y teorías consideran a los felinos como el jaguar formaban parte de la iconografía religiosa, no porque el hombre los adoraba o les rendía culto, sino porque era símbolo de perfección y unión de fuerzas necesarias para la vida. El centro principal para la irradiación de la iconografía religiosa del felino parece haber sido Chavín de Huantar, en la sierra central. En su apogeo hacia 600 a.C., en un momento en que los centros monumentales grandes de la costa del norte se redujeron mucho de tamaño, Chavín parece atraer rituales y ofrendas de cerámica de muchas regiones de los Andes, reflejando su calidad de sitio de peregrinaje.
Investigaciones sostienen que las sociedades del periodo Formativo representan la etapa final de la evolución social y política antes del advenimiento de sociedades estatales tempranas en el próximo periodo. Los cultos religiosos a través de la que los Andes tienen consecuencias importantes para el comercio y el intercambio, es así como entre las diversas regiones se crearon una serie de relaciones.
Según estudios del investigador de “The University of Calary”, Carlos G. Elera, las asociaciones naturales del paisaje jugarían un papel importante en el marco ideológico de los rituales y ceremonias. La orientación de los centros ceremoniales hacia el río o entre los ríos, durante el periodo formativo es bastante común en los Andes Centrales. Hipotéticamente, se plantea que la marcada orientación del sitio y otros contemporáneos en el mismo valle conllevaron a establecer, con el entorno del paisaje, una intensa relación bajo un desconocido plano simbólico, en el cual un elemento natural, el agua, articulaba estos ambientes, estando los centros ceremoniales y las poblaciones rodeados del recurso hídrico en determinadas épocas del año. El agua, como es conocido, siempre está inmanente en el pensamiento del hombre andino, jugando un rol central en los ritos y ceremoniales de fertilidad practicados por las sociedades agrícolas.
Huaca Prieta
Está ubicada en el valle de Chicama, en el departamento de la Libertad. Fue descubierta en 1946 por un equipo de arqueólogos encabezados por Junius Bird. Y tiene una antigüedad que data desde los 2500 años a.C.
Se caracterizó por ser un periodo de agricultores pre-cerámicos que construían pequeñas casas de piedra y barro con habitaciones semi-subterráneas, de formas cuadradas u ovaladas, con estrechas entradas y escalones de acceso. Ellos practicaban el arte textil y utilizaban mates pirograbados, decorado en algunos casos con incisiones que dan forma a un rostro felínico antropomorfizado.
En cuanto a los hallazgos más importantes de Huaca Prieta están los restos de tejidos de algodón que contienen interesantes representaciones iconográficas.
La Galgada
Ubicado en la provincia de Pallasca, al norte del departamento de Ancash. Fue descubierto e investigado desde el año 1981 por los arqueólogos Alberto Bueno Mendoza y Terence Grieder.
Este complejo ceremonial consta de una pirámide escalonada de 13 metros de altura hecha de piedras, barro, cañas y madera. Tiene una plaza circular hundida, a los alrededores pequeñas construcciones, tumbas y nichos trapezoidales con paredes revestidas de yeso. En la cima varias habitaciones construidas según el modelo de los de los recintos sagrados de la Tradición Mito. Otra característica de este templo son sus plantas cuadrangulares con esquinas redondeadas.
Es también en este sitio arqueológico donde se encontraron unos los tejidos más antiguos de la sierra. Se trata de telas de algodón con una rica iconografía basada en variedades de aves y serpientes estilizadas en forma geométrica. La antigüedad promedio de todas éstas evidencias arqueológicas es de 2 300 años a.C.
Este templo pre-cerámico es un fino representante de la arquitectura y un reflejo de las creencias religiosas de su tiempo así como un importante punto de encuentro entre la costa, la sierra y la selva.
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