23 jun 2010

Ideología Religiosa del Periodo Formativo en los Andes Centrales

La iconografía religiosa en este período se desarrolló en las sociedades conocidas como las sociedades de Cupisnique en la costa y sierra norte. En estas se condensa una nueva tradición en los Andes Centrales produciendo un primer "horizonte estilístico” donde se logra la homogeneidad estilística regional.

Algunos libros y teorías consideran a los felinos como el jaguar formaban parte de la iconografía religiosa, no porque el hombre los adoraba o les rendía culto, sino porque era símbolo de perfección y unión de fuerzas necesarias para la vida. El centro principal para la irradiación de la iconografía religiosa del felino parece haber sido Chavín de Huantar, en la sierra central. En su apogeo hacia 600 a.C., en un momento en que los centros monumentales grandes de la costa del norte se redujeron mucho de tamaño, Chavín parece atraer rituales y ofrendas de cerámica de muchas regiones de los Andes, reflejando su calidad de sitio de peregrinaje.

Investigaciones sostienen que las sociedades del periodo Formativo representan la etapa final de la evolución social y política antes del advenimiento de sociedades estatales tempranas en el próximo periodo. Los cultos religiosos a través de la que los Andes tienen consecuencias importantes para el comercio y el intercambio, es así como entre las diversas regiones se crearon una serie de relaciones.

Según estudios del investigador de “The University of Calary”, Carlos G. Elera, las asociaciones naturales del paisaje jugarían un papel importante en el marco ideológico de los rituales y ceremonias. La orientación de los centros ceremoniales hacia el río o entre los ríos, durante el periodo formativo es bastante común en los Andes Centrales. Hipotéticamente, se plantea que la marcada orientación del sitio y otros contemporáneos en el mismo valle conllevaron a establecer, con el entorno del paisaje, una intensa relación bajo un desconocido plano simbólico, en el cual un elemento natural, el agua, articulaba estos ambientes, estando los centros ceremoniales y las poblaciones rodeados del recurso hídrico en determinadas épocas del año. El agua, como es conocido, siempre está inmanente en el pensamiento del hombre andino, jugando un rol central en los ritos y ceremoniales de fertilidad practicados por las sociedades agrícolas.

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